Análisis de Agua Potable en Guatemala – COGUANOR 29001
El análisis mínimo sugerido por la normativa nacional, con parámetros físicos, químicos y microbiológicos que confirman la potabilidad del agua.
La importancia del análisis recurrente
El agua potable puede variar en calidad según la fuente, la época del año o el estado del sistema de distribución.
Por eso, realizar un análisis de agua potable en Guatemala de manera recurrente es la única forma de confirmar que tu agua sigue cumpliendo con los parámetros de la norma COGUANOR 29001.
Con este control periódico:
evitas sorpresas,
generas confianza en los usuarios,
y puedess tomar decisiones con datos claros y al día.
El Análisis de agua potable (mínimo) según la norma COGUANOR 29001
La norma COGUANOR 29001 define los requisitos básicos que debe cumplir el agua para ser considerada apta para consumo humano.
En Hidroaqua realizamos este análisis mínimo de agua potable como uno de nuestros servicio más solicitado: rápido, confiable y enfocado en lo esencial.
Parámetros Físicos y Organolépticos
pH: indica si el agua es ácida, neutra o alcalina. Un pH fuera de rango puede corroer tuberías o afectar el sabor.
Temperatura: influye en la aceptación del agua y en la solubilidad de sales y gases.
Color: el agua debe ser incolora; variaciones pueden indicar presencia de materia orgánica o minerales.
Olor: debe ser neutro; olores inusuales pueden revelar contaminación química o biológica.
Sabor: aunque no siempre se mide instrumentalmente, el agua debe ser aceptable al gusto.
Apariencia: evalúa la aceptabilidad visual del agua.
Turbidez: mide la claridad; turbidez elevada puede indicar contaminación o filtración deficiente.
Parámetros Microbiológicos
Coliformes totales: bacterias indicadoras de contaminación general. Su presencia señala fallas en la protección del sistema.
Escherichia coli (E. coli): indicador crítico de contaminación fecal reciente. Según la norma, debe ser cero en 100 mL de agua potable.
Parámetros Químicos
Conductividad eléctrica: refleja la concentración de sales disueltas y la mineralización del agua.
Salinidad: cuantifica el contenido de sales; niveles altos afectan potabilidad.
Cloro residual libre: confirma que la desinfección es efectiva y que el agua se mantiene segura en la distribución.
Hierro total: en exceso causa coloración y afecta el sabor.
Manganeso: en concentraciones altas puede generar depósitos y mal sabor.
Nitritos: indicadores de contaminación reciente; deben estar en niveles muy bajos.
Nitratos: presentes por infiltración de fertilizantes o aguas residuales; en exceso son un riesgo para la salud.
Sulfatos: en altas concentraciones afectan el sabor y pueden causar problemas digestivos.
Fosfatos: su presencia elevada puede indicar contaminación antropogénica.
Flúor: en bajas cantidades protege dientes; en exceso causa fluorosis.
Sodio (como cloruro de sodio): niveles altos alteran el sabor y pueden tener implicaciones para personas con restricciones dietéticas.
Sílice: puede contribuir a incrustaciones en sistemas de distribución.
Dureza total: mide la suma de sales de calcio y magnesio; relacionada con incrustaciones y sabor.
Calcio : esencial en la dureza; niveles altos afectan sabor y tuberías.
Magnesio : también contribuye a la dureza.
Cloruros: en exceso producen sabor salado y corrosión.
Alcalinidad total: mide la capacidad del agua de neutralizar ácidos.
Sólidos Totales Disueltos (TDS): reflejan la concentración total de minerales. Valores altos afectan sabor y aceptación.
📌 Este análisis corresponde al paquete mínimo exigido por la Norma COGUANOR NTG 29001, que regula la calidad del agua potable en Guatemala. Si deseas consultarla a detalle, podés acceder al documento completo aquí: Norma COGUANOR 29001 – Agua Potable (PDF)
¿Con qué frecuencia debe hacerse el análisis?
La norma COGUANOR 29001 establece frecuencias mínimas de control (anual, semestral o según tipo de sistema). Pero en la práctica, estas frecuencias suelen ser insuficientes para mantener una gestión preventiva y libre de sorpresas.
Basados en la experiencia que hemos vivido al lado de nuestros clientes, recomendamos implementar un calendario de análisis recurrentes, adaptado a la realidad de cada sistema y a la naturaleza de su operación:
Monitoreo periódico: permite detectar variaciones estacionales o cambios en la red de distribución.
Resultados constantes y actualizados: te brindan confianza real en el agua que gestionás.
Prevención en lugar de reacción: cuanto más frecuentes y confiables sean los análisis, menor es la probabilidad de necesitar acciones correctivas que requieran una inversión importante de recursos.
Con un programa calendarizado de análisis de agua potable ganas control real sobre la calidad del agua que entregas a los usuarios.